El baile ¿Una cuestión de género?

Quiero iniciar este artículo con una pregunta que me encontré y que con seguridad te hará reflexionar: ¿Las mujeres crean la danza de acuerdo con cómo ellas mismas se ven o cómo les han enseñado a verse a través de la mirada del hombre?…

Cuando lo leí quedé en silencio e impactada y me hizo pensar sobre cómo los estereotipos otorgados tanto a hombres y a mujeres, no ha marcado solo unos roles específicos dentro del mundo y en su convivencia, sino también en el arte y en el baile. Empecé entonces a preguntarme ¿por qué es el hombre quién saca a la mujer a bailar?, ¿Por qué nos han enseñado a seguirlo mientras bailamos? Todo esto se me hizo más cercano cuando pensé en la forma en la que bailo, siempre me ha costado dejarme llevar por otro, y fue la oportunidad perfecta para reflexionar y ahondar sobre esto.

Cuando nacemos ya venimos con un sexo biológico otorgado y eso trae consigo una forma de actuar aceptada y cierto papel en la sociedad, pero este estereotipo no es universal, por el contrario, es adaptado bajo el tiempo y la cultura en la que llegas a formar parte.

Y es que al hablar de baile, de forma instintiva pensamos en las mujeres. Es considerada como una actividad femenina y por esto, no es raro pensar en el estigma de homosexualidad/feminidad que se le da a los bailarines (hombres) en la danza clásica o ballet, y esa caracterización no es solo consecuencia del mayoritario número de mujeres sobre hombres, evidente en el mundo del baile, sino que trae un arraigo cultural y social que hace que estigmaticemos a los bailarines clásicos de esa manera; y que termine en que existan más mujeres que hombres dedicados al baile. Haga el ejercicio de mirar este video de StepFlix y piense si considera al hombre bajo el estándar de “masculinidad”.

Pero entonces, ¿por qué sucede esto? Primero, porque los bailarines no ejercen un rol “normal” entre lo aceptado y establecido por la masculinidad en general, es decir, sobre los estereotipos ya creados. Baz habla sobre otros aspectos por los que hemos llegado a estas conclusiones; él habla de tres tiempos verbales dentro del baile:

  1. Mirar
  2. Mirarse
  3. Ser mirado

¿Qué quiere decir esto? Que todo está focalizado bajo la mirada, y todo lo que se mira lleva cierto grado de deseo, entonces, bajo este concepto el objetivo de los bailarines es ser mirados, pero ¿a quienes miramos? Algunos bailes han convertido al cuerpo de la mujer como foco de las miradas y deseo de los hombres, dejando así que quienes determinen la estética deseada y las características del físico de una mujer sean los hombres. Este simple hecho ha permitido sexualizar a la mujer, así lo ha explicado otro de los pocos académicos que ha estudiado el tema

Entonces, si la danza habla del cuerpo y el cuerpo ha sido sexualizado por los hombres, se ha convertido al baile en una actividad propia femenina sexual bajo la mirada del hombre.

Pero también existen otros bailes de pareja donde la danza se ha dado bajo los estereotipos en la relación de poder ya establecidos entre hombres y mujeres. En el baile se traduce a que el hombre es el que lleva y la mujer, quien se deja llevar. En este sentido Jesús Álvarez, un bailarín de salsa, reconoce que existe un “machismo bueno” y un “machismo malo, destacando que el primero es necesario porque siempre debe existir alguien que lleve la batuta del baile.

Cuando él habla de “machismo bueno” se refiere al bailarín que sabe llevar, que es firme y no duda a la hora de llevar a la mujer; y además, que no pretende ser el centro de atención porque sabe que si la mujer luce, él también lo hará. Otro bailarín destaca que el “machismo” del que se habla en el baile es más bien una forma de organización:

“Uno de los miembros de la pareja debe dirigir. Normalmente es el hombre, ¡pero no necesariamente! La postura en que se abraza la pareja para bailar está estudiada para que uno dirija y el otro reciba instrucciones. ¡Si una chica quiere dirigir lo que debe hacer es bailar ‘de chico’, es decir utilizar la forma de ‘coger’ del que dirige!”

Post completo aquí

Y usted ¿qué piensa de todo esto? Mientras lo hace le dejo estas dos clases de tango, un ritmo del que se puede aprender más allá que pasos, cuando de la relación hombre – mujer se trata.

Aquí tiene una para mujeres, y otra para hombres. Luego júntese con su pareja y vea cómo la magia sucede! Y si puede, trate de dejar los estereotipos afuera.

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