¿Necesitas estar delgada para bailar danza árabe?

A nuestro canal de YouTube llegó un comentario que me inspiró para escribir este blog. La pregunta iba relacionada a la danza árabe o danza del vientre, y preguntaba si se tenía que perder peso antes de poder empezar a bailar esta danza. La respuesta es “No” pero, más allá de decir no, quiero explicar las razones de esta respuesta y todo lo que ronda en torno a ella, hasta resolver el por qué llegamos a hacernos este tipo de preguntas que nos hablan de aquellas cosas que hemos incorporado a nuestro pensamiento y, que tiene mucho que ver con las dinámicas e imaginarios creados como sociedad.

El vestuario, elemento fundamental del cuerpo de la bailarina árabe

Inicie este artículo buscando entender también la razón por la que llegamos a pensar en nuestro cuerpo como el elemento que nos puede decir qué podemos hacer y qué no, cuáles son nuestros límites y si efectivamente tiene la capacidad de frenar un deseo si no existe un cambio en él, en este caso, el deseo de bailar danza árabe sin tener el cuerpo delgado al que nos acostumbramos a aceptar como “deseado”. Pues con esto en mente, me encontré con un elemento muy importante: el vestuario.

El ballet y el nacimiento de la exposición del cuerpo

En el ballet, durante la segunda mitad del siglo XVIII, se dieron una serie de cambios importantes, entre ellos el alejarse de los escenarios de la ópera, y el cambio de vestuario por uno más ligero y natural que resaltara y facilitara los movimientos de los bailarines. Se dejó de lado el uso de máscaras y pelucas, y para el siglo XIX se introdujo el uso del tutú de tul y las zapatillas de punta. Con estas dos inclusiones nació la exigencia por cuerpos más delgados y ágiles pues los bailarines estaban más expuestos y sus cuerpos eran puestos a prueba, se había subido el nivel de exigencia.

 

Y hablo del ballet porque este género es el rey de todos los bailes, de donde nace la técnica de los demás y de donde aparecen la mayor parte de los imaginarios que nos hemos creado y aceptado como “correcto”, sobre todo, cuando se habla del cuerpo digno de admiración y miradas.

La exposición del cuerpo en oriente

En el caso de la danza árabe, las claves para conocer lo que fue el vestuario de las bailarinas está retratado en los jeroglíficos de las tumbas de los emperadores egipcios. Si sabes qué es el body painting esto te sonará familiar, porque el primer “vestuario”, si así se le puede llamar, fueron una serie de tatuajes religiosos que usaban las egipcias bailando en su estado natural; para esta época el desnudo era algo normal.

 

Luego, se introdujo una túnica entretejida en lino muy ajustada al cuerpo, adornada con piedras preciosas, y sus bailarinas llevaban el cabello trenzado. Más tarde, se empezaron a incorporar telas traslucidas en algunas zonas del cuerpo con el fin de hacerlo destacar mucho más, haciendo entonces que todo el baile girara en torno a él y a su adoración.

 

Con la llegada de las religiones, las bailarinas fueron obligadas a usar mantos y túnicas, pero lo que es claro, es que desde que existe esta danza, se ha creado un tipo de veneración al cuerpo femenino. Es por eso que hoy en día los trajes están llenos de adornos y accesorios que los hacen más vistosos a los espectadores para que centren toda su atención en ellas.

 

El vestuario aumenta las posibilidades físicas de los bailarines: es capaz de crear sonidos con los movimientos de sus cuerpos, y de llevar la técnica a un nivel superior como es el caso de las zapatillas en el ballet, creando así una atmósfera de mayor atractivo y aumentando las expectativas de quienes lo admiran. Es por esto que una persona puede llegar a pensar que su cuerpo no cumple con las características establecidas y por lo tanto se le niega la posibilidad de participar.

 

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Los 3 tipos de cuerpo en la danza

Susan Foster habla que en el baile existen 3 tipos de cuerpo:

 

El cuerpo percibido: Es la apreciación o representación que tenemos de nuestro cuerpo en el presente, y es aquel con el juzgamos lo que queremos hacer sobre lo que podemos hacer. Esta concepción se forma por lo que nuestros sentidos nos dicen: lo que vemos, oímos y palpamos, por ejemplo, nuestra respiración y los sonidos como crujidos que sentimos al hacer un movimiento, flexionarnos, estirar o girar. Esta apreciación no es de todo nuestro cuerpo sino solo de aquello de lo que somos conscientes.

 

El cuerpo ideal: Esta es la imagen a la que se espera llegar, pero no se trata de una sola imagen sino de una expectativa que nos armamos de acuerdo a varias representaciones que vemos de otros bailarines. Esta expectativa se forma tanto de cómo deberíamos vernos físicamente y también cómo deberían ser nuestros movimientos. El mayor estrés de cualquier bailarín está aquí y muchos llegan a abandonar su pasión por esto, porque este ideal es inalcanzable, la vara siempre va subiendo, así que lo importante es concentrarse en los progresos propios, tal como lo enseña la práctica del pilates.

 

El cuerpo demostrativo: Es aquel en el que nos enfocamos para desarrollar las habilidades técnicas que necesitamos. Muchas veces puede ser el instructor de baile, otros compañeros bailarines o la propia imagen que se ve en el espejo. Aquí es importante tener claro que cada baile construye un cuerpo diferente pues es el resultado de las habilidades técnicas necesarias.

 

Es entonces sobre todo en la relación entre el cuerpo percibido y el cuerpo ideal por el que llegamos a pensar que no podemos hacer algo, pero lo importante es centrarnos en los mensajes que nos va enviando nuestro propio cuerpo y concentrarnos en los progresos diarios por pequeños que parezcan, son estos los que con el tiempo van a formar al buen bailarín.

La técnica hace al cuerpo, no el cuerpo a la técnica

Al comenzar cualquier cosa siempre vamos a iniciar desde 0, toda la vida seremos principiantes en cualquier cosa nueva que experimentemos. En el caso del baile, es la técnica correcta la que educa nuestro cuerpo y lo va moldeando de acuerdo a las necesidades: por ejemplo si requiere unas piernas más fuertes, un abdomen que resista por determinado tiempo un movimiento, o unos brazos más tonificados para que puedan permanecer en el aire durante toda una coreografía. Con la práctica constante de la técnica, el cuerpo se va acostumbrando y el dolor bueno va desarrollando la habilidad. Al final, el resultado va a ser el cuerpo de un bailarín de…(el estilo aprendido). Cada baile tiene su propia técnica y cada técnica desarrolla un tipo de cuerpo diferente. Así que para aprender cualquier cosa lo único que se necesita es iniciar, dar el primer paso y practicar.

 

Conoce los secretos detrás de los estiramientos y cómo reconocer el dolor bueno del dolor malo

 

Inicia a practicar la danza del vientre con esta serie de StepFlix de pasos básicos, aquí te dejo la clase 1 en la que Xiomara te va a enseñar la técnica correcta para deslizar la cabeza, el pecho y las caderas de un lado al otro, aislando el movimiento de las demás partes del cuerpo.

 

 

Beneficios de la danza del vientre en el cuerpo y la mente

Si el objetivo para bailar danza del vientre es adelgazar te va a encantar saber que con 60 minutos intensos de práctica se pueden quemar hasta 330 calorías, incluso existen rutinas de entrenamiento solo con movimientos de danza árabe, aquí te dejo uno para que lo pruebes y te animes a seguir.

 

 

 

Si por el contrario la practicas por el baile, con este dato sabrás que con el tiempo tu cuerpo se va a moldear y va a quemar la grasa que no necesites, sea cual sea el estado del cuerpo con el que inicies. Entre otros de los beneficios están:

 

      • Fortalecer tu zona abdominal y espalda
      • Mejorar la postura
      • Fortalecer tu zona pélvica
      • Aliviar dolores menstruales
      • Evitar la retención de líquidos
      • Liberar endorfinas, es decir, ser más feliz!!!

 

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